O CAMBIO CLIMÁTICO IV (FIN)
Consecuencias do cambio climático / Imaxe: Voice Of People Today
Rematamos coa última das catro preguntas para entender que é o cambio climático, cales son as súas consecuencias, que se fai e que podemos facer.
Que podemos facer nós?
Pequenos cambios nos nosos hábitos diarios poden lograr grandes diferenzas a futuro. Moitas veces vemos as implicacións do cambio climático e pensamos que o que nós fagamos ou deixemos de facer non marcará unha diferenza no resultado, pero é importante darnos conta de que a suma das accións que cada un levemos a cabo pode conseguir unha diferenza extraordinaria na capacidade das xeracións futuras para satisfacer as súas necesidades.
Existen miles de accións e variacións nos nosos hábitos diarios que poden marcar unha gran diferenza con respecto ao cambio climático. Algunhas das máis sinxelas de aplicar son:
- Cambios na forma de desprazarnos. Realizar modificacións na forma de desprazarnos é unha das formas máis fáciles e das que ten maiores impactos. A simple decisión de camiñar ou utilizar o transporte público, en lugar do vehículo privado, pode significar unha emisión moito menor de CO2 á atmosfera. Por exemplo, unha persoa nun coche a gasolina durante un quilómetro emite 191 gramos de CO2, mentres que se vai en metro supoñen 50,4 gramos.
- A incorporación das tres erres. Se incluímos estas tres acciones ao desfacernos dos residuos que xeramos, podemos provocar un gran cambio. As tres erres son:
Reducir: optar por produtos de máis dun só uso ou con menor número de envases ou embalaxe pode axudar na redución de xeración de residuos.
Reutilizar: moitas das cousas que empregamos poden ter máis dun ciclo de vida, polo que é importante pensar se se lles pode dar un novo uso ás cousas antes de refugalas.
Reciclar: separar o lixo e depositala nos colectores específicos de cada residuo pode facilitar moito a reciclaxe e a reutilización dos mesmos.
- Facer un uso eficiente da enerxía. Optar por luminarias de baixo consumo; evitar que os dispositivos electrónicos estean en "stand-by" se non se empregan; adquirir electrodomésticos de elevada clasificación enerxética; manter a temperatura en casa no inverno por baixo de 21 ºC; e, sempre que sexa posible, utilizar os electrodomésticos en programas que funcionan a temperaturas baixas son accións sinxelas que diminúen o consumo enerxético e, por tanto, as emisións de CO2 asociadas a xerar esa enerxía.
- Evitar o uso de plástico e materiais non reciclables. Decisións sinxelas como non utilizar bolsas de plástico poden ter un impacto importante no medio ambiente, xa que, debido aos seus materiais plásticos de orixe e ao proceso enerxético necesario para a súa fabricación, por cada unidade emítense ao redor de catro gramos de CO2, contribuíndo para o efecto invernadoiro e ao cambio climático.
En conclusión, o cambio climático pode chegar a parecer algo afastado e distante, con todo é algo que nos concierne e afecta a todas as persoas por igual, polo que a acción conxunta é a única forma na que se pode actuar para reducir as emisións de GEI. É noso deber comezar a cambiar vellos comportamentos para non comprometer o futuro das próximas xeracións.
FONTE: Revista Consumer/Medio Ambiente Urbano
¿Qué podemos hacer nosotros?
Pequeños cambios en nuestros hábitos diarios pueden lograr grandes diferencias a futuro. Muchas veces vemos las implicaciones del cambio climático y pensamos que lo que nosotros hagamos o dejemos de hacer no marcará una diferencia en el resultado, pero es importante darnos cuenta de que la suma de las acciones que cada uno llevemos a cabo puede conseguir una diferencia extraordinaria en la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades.
Existen miles de acciones y variaciones en nuestros hábitos diarios que pueden marcar una gran diferencia con respecto al cambio climático. Algunas de las más sencillas de aplicar son:
- Cambios en la forma de desplazarnos. Realizar modificaciones en la forma de desplazarnos es una de las formas más fáciles y de las que tiene mayores impactos. La simple decisión de caminar o utilizar el transporte público, en lugar del vehículo privado, puede significar una emisión mucho menor de CO2 a la atmósfera. Por ejemplo, una persona en un coche a gasolina durante un kilómetro emite 191 gramos de CO2, mientras que si va en metro suponen 50,4 gramos.
- La incorporación de las tres erres. Si incluimos estas tres acciones al deshacernos de los residuos que generamos, podemos provocar un gran cambio. Las tres erres son:
- Reducir: optar por productos de más de un solo uso o con menor número de envases o embalaje puede ayudar en la reducción de generación de residuos.
- Reutilizar: muchas de las cosas que empleamos pueden tener más de un ciclo de vida, por lo que es importante pensar si se les puede dar un nuevo uso a las cosas antes de desecharlas.
- Reciclar: separar la basura y depositarla en los contenedores específicos de cada residuo puede facilitar mucho el reciclaje y la reutilización de los mismos.
- Hacer un uso eficiente de la energía. Optar por luminarias de bajo consumo; evitar que los dispositivos electrónicos estén en "stand-by" si no se emplean; adquirir electrodomésticos de elevada clasificación energética; mantener la temperatura en casa en invierno por debajo de 21 ºC; y, siempre que sea posible, utilizar los electrodomésticos en programas que funcionan a temperaturas bajas son acciones sencillas que disminuyen el consumo energético y, por tanto, las emisiones de CO2 asociadas a generar esa energía.
- Evitar el uso de plástico y materiales no reciclables. Decisiones sencillas como no utilizar bolsas de plástico pueden tener un impacto importante en el medio ambiente, ya que, debido a sus materiales plásticos de origen y al proceso energético necesario para su fabricación, por cada unidad se emiten alrededor de cuatro gramos de CO2, contribuyendo al efecto invernadero y al cambio climático.
En conclusión, el cambio climático puede llegar a parecer algo lejano y distante, sin embargo es algo que nos concierne y afecta a todas las personas por igual, por lo que la acción conjunta es la única forma en la que se puede actuar para reducir las emisiones de GEI. Es nuestro deber comenzar a cambiar viejos comportamientos para no comprometer el futuro de las próximas generaciones.
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Pequeños cambios en nuestros hábitos diarios pueden lograr grandes diferencias a futuro. Muchas veces vemos las implicaciones del cambio climático y pensamos que lo que nosotros hagamos o dejemos de hacer no marcará una diferencia en el resultado, pero es importante darnos cuenta de que la suma de las acciones que cada uno llevemos a cabo puede conseguir una diferencia extraordinaria en la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades.
Existen miles de acciones y variaciones en nuestros hábitos diarios que pueden marcar una gran diferencia con respecto al cambio climático. Algunas de las más sencillas de aplicar son:
- Cambios en la forma de desplazarnos. Realizar modificaciones en la forma de desplazarnos es una de las formas más fáciles y de las que tiene mayores impactos. La simple decisión de caminar o utilizar el transporte público, en lugar del vehículo privado, puede significar una emisión mucho menor de CO2 a la atmósfera. Por ejemplo, una persona en un coche a gasolina durante un kilómetro emite 191 gramos de CO2, mientras que si va en metro suponen 50,4 gramos.
- La incorporación de las tres erres. Si incluimos estas tres acciones al deshacernos de los residuos que generamos, podemos provocar un gran cambio. Las tres erres son:
- Reducir: optar por productos de más de un solo uso o con menor número de envases o embalaje puede ayudar en la reducción de generación de residuos.
- Reutilizar: muchas de las cosas que empleamos pueden tener más de un ciclo de vida, por lo que es importante pensar si se les puede dar un nuevo uso a las cosas antes de desecharlas.
- Reciclar: separar la basura y depositarla en los contenedores específicos de cada residuo puede facilitar mucho el reciclaje y la reutilización de los mismos.
- Hacer un uso eficiente de la energía. Optar por luminarias de bajo consumo; evitar que los dispositivos electrónicos estén en "stand-by" si no se emplean; adquirir electrodomésticos de elevada clasificación energética; mantener la temperatura en casa en invierno por debajo de 21 ºC; y, siempre que sea posible, utilizar los electrodomésticos en programas que funcionan a temperaturas bajas son acciones sencillas que disminuyen el consumo energético y, por tanto, las emisiones de CO2 asociadas a generar esa energía.
- Evitar el uso de plástico y materiales no reciclables. Decisiones sencillas como no utilizar bolsas de plástico pueden tener un impacto importante en el medio ambiente, ya que, debido a sus materiales plásticos de origen y al proceso energético necesario para su fabricación, por cada unidad se emiten alrededor de cuatro gramos de CO2, contribuyendo al efecto invernadero y al cambio climático.
En conclusión, el cambio climático puede llegar a parecer algo lejano y distante, sin embargo es algo que nos concierne y afecta a todas las personas por igual, por lo que la acción conjunta es la única forma en la que se puede actuar para reducir las emisiones de GEI. Es nuestro deber comenzar a cambiar viejos comportamientos para no comprometer el futuro de las próximas generaciones.
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